Ciencia y estrategias del envejecimiento saludable
- Biopharmacy México
- 23 may
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Actualizado: 24 may
En una época donde vivir más tiempo es cada vez más común, el objetivo de la medicina moderna y la salud pública ha cambiado de simplemente prolongar la vida a asegurar que esos años adicionales se vivan con buena salud. Este cambio de enfoque —de la duración de la vida a la calidad de vida saludable— ha generado nuevos retos y oportunidades. Aunque hemos mejorado en extender los años vividos, todavía no somos tan efectivos para mantener la salud, la independencia y la calidad de vida en la edad avanzada.
Este artículo explora los fundamentos bioquímicos del envejecimiento, especialmente el papel de las mitocondrias, y evalúa estrategias como el ejercicio, el uso de antioxidantes, la suplementación con micronutrientes y la Terapia de Renovación Celular (TRC). Refleja los conocimientos científicos actuales sobre cómo podríamos aumentar no solo la cantidad, sino también la calidad de nuestros años.
Salud activa vs. longevidad: un dilema moderno
Mientras que la longevidad es el número de años que una persona vive, la salud activa es el periodo durante el cual permanece libre de enfermedades graves y discapacidades. La creciente brecha entre estas dos medidas tiene consecuencias sociales, económicas y emocionales importantes. Muchas personas mayores pasan una parte significativa de su vida en fragilidad o con enfermedades crónicas como enfermedades cardiovasculares, diabetes o demencia.
Un concepto central en salud pública es la compresión de la morbilidad, que busca retrasar la aparición de enfermedades y discapacidades hasta etapas muy avanzadas de la vida. Los centenarios ofrecen un modelo inspirador: muchos viven más de 100 años evitando las enfermedades comunes asociadas a la edad hasta sus últimos años.
¿Estamos cerca del límite biológico de la longevidad humana?
Existe debate científico sobre si existe un límite biológico para la longevidad humana. Algunas investigaciones sugieren un límite alrededor de los 115 años basado en tendencias demográficas. Otros consideran que esta visión es demasiado determinista y no toma en cuenta innovaciones biomédicas futuras.
Interesantemente, la idea de una meseta de mortalidad —una etapa donde las tasas de muerte se estabilizan incluso a edades extremas— cuestiona la suposición de un límite superior fijo. Los expertos enfatizan que la longevidad es el resultado de una compleja interacción entre genética, estilo de vida, acceso a servicios de salud y factores ambientales.
La crisis energética del envejecimiento: disfunción mitocondrial
El envejecimiento está profundamente relacionado con cambios en la función mitocondrial. Las mitocondrias son vitales para la producción de energía celular, pero con la edad acumulan daño que reduce la síntesis de ATP, aumenta el estrés oxidativo y deteriora la señalización celular. Esto contribuye a una inflamación crónica de bajo grado llamada inflamaging.
Factores clave en el envejecimiento mitocondrial incluyen:
Estrés oxidativo y especies reactivas de oxígeno (ROS).
Mutaciones en el ADN mitocondrial (ADNmt).
Deterioro de la mitofagia (el proceso de limpieza de mitocondrias dañadas).
Reducción de la biogénesis mitocondrial.
Metabolitos como el alfa-cetoglutarato, generados por la actividad mitocondrial, influyen en la expresión génica regulando vías epigenéticas. Estos compuestos se han asociado con mejoras en la respuesta inmune y reducción de la inflamación sistémica.
Terapias dirigidas a mitocondrias: una nueva frontera
Una de las direcciones más prometedoras en la ciencia de la longevidad es el desarrollo de intervenciones dirigidas a las mitocondrias. Por ejemplo:
MitoQ, un antioxidante dirigido a mitocondrias, reduce el estrés oxidativo y mejora el potencial de membrana mitocondrial.
Nicotinamida ribósido (NR) aumenta la biogénesis mitocondrial y los niveles de NAD+, esenciales para el metabolismo energético.
Rapamicina y urolitina A estimulan la mitofagia, eliminando mitocondrias dañadas y mejorando la eficiencia celular.
Vesículas extracelulares (EV) y vesículas derivadas de mitocondrias (MDVs) ayudan en la comunicación y control de calidad mitocondrial.
La Terapia de Renovación Celular (TRC), un enfoque regenerativo natural, nutre mitocondrias y células con extractos opoterapéuticos, péptidos y antioxidantes para promover la reparación, defensa inmune y renovación celular.
Terapia de Renovación Celular (TRC): ciencia y estrategias del envejecimiento saludable, una estrategia inspirada en la biología
Complementaria a las intervenciones sintéticas y farmacológicas, la Terapia de Renovación Celular (TRC) ofrece un enfoque natural y bioactivo para apoyar la función mitocondrial y celular. Desarrollada por Biocell Ultravital, la TRC integra ingredientes opoterapéuticos y fito-orgánicos para nutrir las células y potenciar la regeneración.
La TRC utiliza componentes como:
Extractos opoterapéuticos embrionarios
Péptidos y aminoácidos
Enzimas, vitaminas y antioxidantes
Compuestos fito-orgánicos derivados de plantas
Esta terapia fortalece el núcleo celular y estimula procesos de Protección, Reparación, Revitalización y Regeneración. Promueve la renovación celular desde el nivel microscópico hasta tejidos y sistemas orgánicos, especialmente aquellos afectados por el envejecimiento o estrés crónico.
La TRC es particularmente efectiva para restaurar la función inmune, mejorar la vitalidad tisular y combatir el daño por radicales libres. Todos los ingredientes provienen de tejidos jóvenes animales y se purifican mediante métodos rigurosos sin uso de químicos. Cada producto pasa entre 5 y 7 años de investigación antes de llegar al mercado, y solo aquellos que cumplen estrictos estándares de eficacia y seguridad son aprobados.
Esta innovadora terapia se posiciona como un complemento potente a la medicina convencional, especialmente en salud preventiva, deterioro asociado a la edad y modulación inmune.

Ejercicio: el “medicamento” del envejecimiento saludable
Entre todas las intervenciones del estilo de vida, la actividad física regular destaca como el método más confiable para extender la salud activa. El ejercicio mejora la eficiencia mitocondrial, la función cardiovascular, el rendimiento cognitivo y la salud metabólica.
Un estudio comparativo de modalidades de ejercicio encontró que:
El entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) aumentó significativamente el volumen mitocondrial y la capacidad respiratoria.
El entrenamiento combinado (CT) mejoró el número de mitocondrias.
El entrenamiento de resistencia (RT) tuvo menor impacto en la función mitocondrial, pero mejoró la fuerza muscular.
Los expertos recomiendan prescribir el ejercicio como un medicamento: debe ser personalizado, con dosis adecuadas y preferiblemente practicado en entornos sociales. En adultos mayores, los programas multicomponentes y socialmente activos reducen la fragilidad y promueven la independencia.
Antioxidantes: apoyo, pero no solución completa
El papel de la suplementación con antioxidantes en el envejecimiento es controvertido. Si bien antioxidantes como las vitaminas C y E pueden neutralizar ROS y apoyar la integridad mitocondrial, el uso en dosis altas o indiscriminado puede reducir las respuestas celulares adaptativas.
En cantidades moderadas, los ROS activan vías beneficiosas de respuesta al estrés, un concepto conocido como mitohormesis. Esto ayuda a las células a adaptarse al estrés, mejorar el metabolismo y promover la longevidad. Por ello, la terapia antioxidante debe ser personalizada, idealmente guiada por marcadores clínicos o supervisión médica.
Micronutrientes y la teoría de la triage
Las deficiencias de micronutrientes son comunes, incluso en países de altos ingresos. La teoría de la triage de Bruce Ames sugiere que cuando los nutrientes son escasos, el cuerpo prioriza la supervivencia a corto plazo sobre la reparación a largo plazo, aumentando el riesgo de enfermedades degenerativas.
Los suplementos multivitamínicos y minerales ayudan a cubrir deficiencias dietéticas y apoyan la función inmune, la salud mitocondrial y la reparación del ADN. La TRC complementa esta estrategia al suministrar una mezcla precisa de bloques esenciales para la célula.
Conclusión: un futuro de longevidad saludable
Equilibrar la salud activa y la longevidad es uno de los grandes desafíos de la salud en el siglo XXI. Ciencia y estrategias del envejecimiento saludable nos enseñan que, protegiendo la salud mitocondrial, realizando actividad física regular, corrigiendo desequilibrios de micronutrientes e incorporando terapias innovadoras como la TRC, podemos mejorar no solo la duración sino la calidad de vida.
Aunque ninguna estrategia garantiza la longevidad, un enfoque personalizado e integrativo basado en la ciencia actual ofrece el mejor camino para extender la vitalidad y la independencia en edades avanzadas.
El futuro del envejecimiento no es solo años añadidos a la vida, sino vida añadida a los años.
Referencias
Viña, J., & Borrás, C. (2024). Unlocking the biochemical secrets of longevity: Balancing healthspan and lifespan. FEBS Letters, 598(6), 795–805. https://doi.org/10.1002/1873-3468.14963